por Jorge Luis Mari Becerra
Intelectual y Poeta Disidente
Invalido por el Gobierno Cubano
Colaborador del Centro Informativo Cubano
1 de Junio del 2010
1 de Enero de 2005
Cuando hemos llegado al fondo no se puede hacer otra cosa que subir, de lo contrario nos asfixiamos. Y eso es lo que le sucede a los intelectuales que han tenido que emerger dentro de aguas turbulentas para poder respirar. Porque AUNQUE LES CUESTE LA VIDA se sienten en el deber de hacerlo.
No es posible por mucho tiempo soportar la inercia mental y física impuesta mientras que otros homólogos se desenvuelven según sus aptitudes, habilidades, conocimientos, capacidades o virtudes. Es por eso que AUNQUE LES CUESTE LA VIDA se deciden nuevamente a componer, escribir, pintar, tallar, etc. como parte de un desahogo espiritual necesario e inevitable. A veces no se concibe pero así es, no puede explicarse pero ahí están de nuevo reflejadas en el papel, el oleo, el pentagrama, la piedra, sus ideas y pensamientos, sus nostalgias y consideraciones, sus tristezas y alegrías, así como también sus argumentos sociales y políticos.
Todo intelectual se considera en legítimo DERECHO de poder ejercer la libre emisión del pensamiento sin limitación de fronteras. A exponer lo que piensa y siente oral, musical, escultural o por escrito. Y que Dios me perdone si hago mal en decir estas cosas. Pero me resulta inevitable abstenerme de ello, por cuanto me siento en el deber y en la obligación de exponerle. AUNQUE ME CUESTE LA VIDA.
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