por Jorge Luis Mari Becerra
1 de Junio del 2010
La espina que más hinca
no es la que se clava en el corazón
sino la que se introduce en el sexo,
la del corazón angustia el alma;
pero la otra lacera el cuerpo.
La espina que más hinca
no es la que se introduce en el cerebro
sino la que penetra en las ideas,
la del cerebro confunde los conceptos;
pero la otra mutila el pensamiento.
La espina que más hinca
no es la que penetra en nuestros miembros
sino la que hiere, hincha, compunge y desangra,
el corazón, el sexo, el alma, el cuerpo,
el cerebro, las ideas, los conceptos
y el pensamiento.
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