por Jorge Luis Mari Becerra
7 de Junio del 2010
Estoy a expensas de la vida
de esa abrupta naturaleza voluntaria,
de la casualidad que la misma brinda
y del EFECTO de la existencia diaria.
Solo dependo de mi mismo
en nada ni en nadie tengo confianza,
La Religión la considero un sismo
que mata la Fe y mutila el alma.
La sociedad y la política atisbo
cual una consecuencia infrahumana,
que van llevando el mundo al paroxismo
con su toque de trompetas y campanas.
Estoy a expensas de la vida
de la fortuna y la mala suerte,
de la calumnia, la infamia, la intriga,
hasta que por fin me llegue la muerte.
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