por Jorge Luis Mari Becerra
11 de Mayo del 2010
La virtud es inconcebible en el IMEBCIL
y el ingenio es infecundo en el desvergonzado.
La fecundidad es imposible en el estéril
y el respeto una mueca en el degenerado.
No puede haber virtud cuando los actos mienten,
ni puede haber nobleza si la intención se arrastra.
No hay honestidad en ningún delincuente,
ni hay dignidad donde la virtud se castra.
Pero para poder llegar a una armonía
entre la vulgaridad y la mediocridad
sin amordazar la verdad con la hipocresía.
Un IMBECIL estudiante en la universidad
en cincuenta años solo conseguiría
FOSILIZAR aun más su IMBECILIDAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario